¿Unidos por el Deporte?

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FÉLIX CORTÉS CAMARILLO

            Hay una anécdota tal vez ficticia pero anclada en tradiciones, usos y costumbres del Reino Unido de Inglaterra e Irlanda del Norte, tan aferrado a su carácter insular, petulante y altanero. Se dice que cuando la bruma usual por su geografía cubre el Canal de la Mancha, los titulares de los diarios afirman compasivos: el Continente quedó aislado. Ellos se cuecen aparte.

            Los vehículos circulan allá por la mano izquierda, su sistema métrico no es el decimal, toman cerveza caliente, rechazaron la integración con la Unión Europea y aceptan con desdén el euro como moneda de curso corriente pero prefieren la libra esterlina.

            Los jugadores del torneo de Wimbledon, que es uno de los cuatro más importantes del tenis mundial tienen que vestir todos de blanco, como es desde 1877 que inició como el primer torneo mundial. Es el único en el mundo que se juega en canchas de césped y a comienzos de julio los jugadores rusos y bielorrusos no pueden participar  por la invasión de Ucrania por parte de Putin. Eso convertirá el Wimbledon 2022 en una exhibición de buenos tenistas que no podrán medirse con los Rublev, Medvedev -quien es el número dos del mundo- Pavlychenkova, Azarenka, número 18 en la tabla femenil, o Sabalenka, la cuarta en el orden. Por la exclusión, los puntos ganados no se contabilizarán en las tablas que llevan las autoridades mundiales de la competición.

            El deporte es una de las más bellas y nobles prácticas sociales del ser humano, que ha tenido que sortear retos gravísimos empeñados en prostituirlo, como el uso de drogas que comienzan con los esteroides y terminan con los estimulantes de alto rango para mejorar los rendimientos, o la corrupción nacida de las apuestas legales en todo el mundo pero que llegan a resultados sorprendentes por los pagos por debajo de la mesa para arreglar resultados de partidos en los deportes de conjunto. Que le pregunten al Vasco Aguirre, que tan cercano es al futbol mexicano.

            La peor injerencia que el deporte ha tenido que soportar es la de la política, supuestamente el más noble de los ejercicios del humano.

            El domingo pasado, los gandules que manejan el equipo de autos de F1 que se llama Red Bullet, remendaron la zancadilla que le pusieron a su propio piloto el mexicano Checo Pérez en la competencia anterior de Saudi Arabia en donde Sergio iba en primer lugar pero de su madriguera le ordenaron que dejara pasar a su compañero Verstaapen para que él entrara en primer lugar. Pérez llegó en cuarto sitio.

            Pues resulta que en el difícil circuito de las calles de Mónaco, el domingo el jalisciense llegó en primer lugar, para regocijo de toda la mexicanada. Una tradición del equipo Red Bull en esa pista es que los que consiguen alguna buena posición en la carrera se lanzan a la piscina que está a la mano. Checo Pérez, después del baño con vino de Champagne se echó al agua…llevando del pescuezo a (“es amigo nuestro, yo no sudo fiebres ajenas”, dijo luego Pérez) Felipe Calderón, ex presidente de México, que como cantaba Caíto “pasaba por ahí…” Cosa que no gustó en Palacio Nacional.

            La inevitable felicitación en redes de la presidencia de México fue escueta, pero venía ilustrada con la imagen de Max Verstappen. Y yo no creo, ni los mexicanos creen, en las casualidades. Excepto cuando algún famoso se equivoca al cantar el himno nacional en un evento deportivo.

PILÓN PARA LA MAÑANERA (porque no me dejan entrar sin tapabocas): con todo respeto, señor presidente: No y sí. NO, los medios que a usted tanto disgustan no hicieron un “escándalo” porque el vehículo en que los reporteros que informan en esos medios de sus actividades viajaban por carretera en el triángulo dorado que usted rebautizó como de tierra noble y trabajadora o alguna semejante imbecilidad: SI, sí debieron haber armado un escándalo enorme; NO, no era un retén de los que debiera haber en esa zona, montado por miembros de las muy nobles y dignas fuerzas armadas de México; SI, era un retén del crimen organizado, como hay muchos en todo el país y que para sus integrantes usted pide abrazos. SÍ, son ilegales retenes de criminales, bien armados, agresivos y abusivos, que su gobierno no solamente tolera sino con entusiasmo  fomenta.

‎felixcortescama@gmail.com

lunes, 30 de mayo de 2022

1 comentario en “¿Unidos por el Deporte?”

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