La Concordia

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FÉLIX CORTÉS CAMARILLO

La señora presidente acaba de desaprovechar el estupendo pasesito a un gol fácil que le mandó desde Madrid la Casa Real de Felipe VI. El muy prestigiado premio Princesa de Asturias, en el ramo Concordia, ha sido otorgado al Museo Nacional de Antropología e Historia de la Ciudad de México. Será el segundo otorgado a México este año: la fotógrafa  Graciela Iturbide lo recibirá por su larga trayectoria en la fotografía, que documenta nuestra esencia.

Dice la resolución del jurado haber decidido: “Conceder el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2025 al Museo Nacional de Antropología de México. Heredero de una larga tradición en defensa y preservación de una parte esencial del parimonio antropológico de la humandiad que, al mismo tiempo, expresa las señas de identidad de una gran nación en las que su gente se reconoce”.

Podría haber dicho muchas otras cosas más de este museo que, para mí, es la opera magna del genial Pedro Ramírez Vázquez. Sin embargo, la palabra concordia es eje central de todo el asunto. A nadie se le escapa en el viejo y en el nuevo mundo, que estamos ante un gesto de gentileza del estado español, luego de las agresiones verbales desatadas por los complejos de inferioridad de Andrés Manuel López Obrador.

Indudablemente inspirado en Beatriz Gutiérrez Müeler, su esposa, Lopitos inició muy temprano su ofensiva, exigiendo al pueblo y gobierno españoles de hoy, que pidieran perdón a los pueblos originarios del México actual, por las atrocidades cometidas por los españoles de antier durante la conquista de México, hace sobradamente más de cinco siglos.

Los mexicanos pensantes e hoy, que sí han leído la historia, saben bien que en todas las guerras se mata gente. También saben que las barbaridades de los aztecas hacia sus propios hombres, mujeres y niños, y sus pueblos vecinos y tributarios, llegaron a  los extremos de los más cruentos sacrificios humanos y la antropofagia ritual.

¿No hemos logrado digerir esos dolorosos hechos cinco siglos después? Evidentemente, hay mexicanos que no.

La postura intolerante de Lopitos hizo agria la relación oficial entre los dos estados: los pueblos mexicano y español no tenemos esas piedras en el buche. Sabemos, de este lado del mar, que somos -mexicanos y españoles- los forjadores de una maravillosa entidad que se llama mestizaje. A la que pertenecemos con orgullo y con aportaciones de otras razas.

Es evidente que los consejeros de la corona de España sugirieron a quien había que sugerir, que la preciada distinción Princesa de Asturias de la Concordia, se diese a un importante ente mexicano. ¿Qué mejor que el monumento que diseñó y realizó Ramírez Vázquez para hacer un homenaje a una de las dos ramas de nuestra nacionalidad?

A mi pareceer, fue un gesto inteligente de España paara zanjar una disputa imbécil, que existe solamente en las mentalidades perversas del cuatrote. Una mano abierta hacia doña Claudia.

Era una oportunidad exraordinaria de enderezar entuertos imaginarios, y volver en el discurso oficial la fraternal relación de dos pueblos a sus cauces normales.

No.

La reacción oficial de la secretaría de Cultura fue consignar la noticia del premio otorgado en un mensaje X, al que nunca le quedó mejor el nombre.

Por si quedara duda, la presidente Sheinbaum comentó en su perorata, que este hecho pudiera ser un primer paso en el camino a la petición de perdón que, dice, los mexicanos seguimos esperando de España.

Pero aún hay más: la aparentemente segura llegada de Hugo Aguilar a la presidencia de la Suprema Corte mexicana ha sido celebrada, por la presidente y sus corifeítos, como una reivindicación de los pueblos originarios de México: están al borde de evocar la figura de Benito Juárez, el primer indio mexicano en llegar a la presidencia de la Suprema Corte. No es importante la trayectoria, los méritos de juzgador, ni su capacidad técnica e intelectual. La raza de bronce. Eso es lo de ahora.

La cereza del pastel la puso el propio licenciado Aguilar, anticipando que no usará la toga y birrete tradicionales, y que vestirá en las sesiones del pleno, los trajes propios de los indios nuestros.

¡Aleluya! Ya podemos estar ciertos de que la justicia será pronta y expedita, si comenzamos con esas trascendentales decisiones, que la señora Sheinbaum aplaudió de inmediato.

PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO (porque no dejan entrar sin tapabocas): The Day After: Ya es necesario cerrar el capítulo de junio 1º. Ganó la opción C del cuatrote: se hizo la voluntad del señor Lopitos. Pero quedó evidencia también del rechazo de la mayoría de los mexicanos a la sucia maniobra para desvencijar la división de poderes en México y convertirnos en una dictadra que no quiere decir su nombre. Falta que nos digan con verdad, lo dudo, el número de votos anulados, entre ellos el mío.

Pero es necesario ver hacia adelante.Procurar cultivar ese mensaje y hacerlo patente en todas las elecciones que todavía habemos que vivir.

felixcortescama@gmail.com

Wednesday, June 4, 2025

14:40

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