FÉLIX CORTÉS CAMARILLO
Nadie mejor que Eulalio González El Piporro, para cantar y contar la vida especial de las Chulas Fronteras, ese territorio único que es la frontera mexicana. No uso el plural porque, porosa, cruenta y todo, México tiene solamente frontera, lo que se llama, frontera, en su Norte. Ahí los mexicanos tenemos más o menos una idea, muchas veces de manera violenta, dónde comienza el territorio que una vez fue nuestro y ahora es de los Estados Unidos.El territorio mexicano termina en cualquier momento, como lo sabe la Historia.
En el Sur no hay frontera: ni línea, ni muro, ni nada. Hay un río sobre cuya aguas, balsas armadas uniendo de la mejor manera posible cámaras infladas de hule, que antes eran el alma de las llantas de los grandes transportes, y que llevan encima tablones que hacen superficie para llevar mercancías de aquí a Centroamérica, y sueños vestidos de seres humanos de allá para acá con la ilusión del dólar en la mente. Hace unos años Abraham Zabludovsky produjo una película cuya historia triste de una niña se ubica en ese territorio.
La frontera que yo frecuento en su tramo tamaulipeco, es efectivamente la línea divisoria de dos mundos.Rumbo al Norte, según el día y la hora, uno en automovil suele tardar entre 20 minutos y 3 horas en pasar el trámite migratorio y aduanal, previa presentación de documentos y eventualmente una revisión de equipaje. En el viaje de regreso bastan diez minutos para estar en territorio mexicano.
No hay un control de pasaportes o visas, y los soldados convertidos en aduaneros ven pasar indolentes los autos, inspeccionando aleatoria y ligeramente alguno. Sólo el extranjero que pretenda introducir temporalmente al país un vehículo, tiene que llenar una forma migratoria que le permite pasar 180 días en México y que debe regresarla cuando vuelva. Le cuesta alrededor de 50 dólares, y según entiendo es un DNR, permiso para entrar y permanecer en nuestro país sin actividad remunerada alguna.
A lo que venía.
De sopetón nos dicen que por una disposición del Senado, los turistas extranjeros que llegan a bordo de los enormes cruceros que navegan el Caribe, y que cuando el barco hace escala de un día en nuestros puertos, deben pagar el costo de ese visado estimado en cuarenta y cinco dólares. Solamente en Quintan Roo estamos hablando de 10 millones de viajeros al año, que le entregarían a Mamá gobierno nueve mil millones de pesos extra.
Don´t be soflamer, parece decir como el Piporro la señora Presidente, no sean soflameros. En su mañanera dijo que no es un impuesto nuevo, es el viejo DNR que no se les había cobrado. Dicen los prestadores de servicio: para que bajen del barco y gasten sus dólares en nuestras ciudades, Hacienda federal les daba una exención del DNR a esos turistas, que nunca aguantan más de 8 horas tomando tequila con cerveza, comiendo, comprando chucherías y viendo danzantes locales para luego regresar a sus barcos. Alimentando la economía local.
Pues a partir del 1 de enero tendrán que pagar algo así como 900 lanas o quedarse en el barco mientras los nativos estarán abajo, nomás mirando. Como las compañías navieras no contaban con la astucia de los senadores mexicanos, comenzarán a rediseñar sus itinerarios borrando de ellos Los Cabos, Manzanillo, Acapulco, Cozumel, Cancún….sígale. Las excursiones que ya están pagadas las tendrán que cumplir, pero en adelante, baraja nueva. Mapa nuevo, más bien.
Me queda claro que las arcas están vacías, pero así no se van a llenar nunca. Y no soy soflamero.
PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO (mientras se aclara si son peras o son frutos de los mismos olmos de antes): Mal anda mi país para que un actorcito de telenovelas que se llama Eduardo Verástegui haya acudido a un aquelarre de la extrema derecha mundial en Buenos Aires en la forma de la Conferencia de Acción Política Conservadora, para prometer a quien quiso oírle que él va a formar un partido nuevo que en 2030 nos salvará, a los mexicanos, claro, de quienes nos gobiernan, pretenden destruir nuestra identidad, desintegrar familias y convertirnos en esclavos de sistemas que prometen igualdad y entregan miseria,prometen progreso pero entregan decadencia”. No nos defiendas, compadre; sigue con el Ché Milei a quien llamas “Faro de Libertad” . Ahí que muera.
Thursday, December 5, 2024
16:06
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