FÉLIX CORTÉS CAMARILLO
Ayer se cumplieron ochenta años de la fundación de una de las instituciones educativas más importantes de México, América Latina y si me permiten, más allá. El Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey nació el 6 de septiembre de 1943 debido a una idea obsesiva y una conveniencia práctica de un hombre que se llamó Eugenio Garza Sada. El TEC de Monterrey se llama así porque Don Eugenio había estudiado en el Massachusetts Institute of Technology por el lado emocional; por el lado pragmático, porque esa escuela proveería a las empresas de Garza Sada los técnicos y los ingenieros y los administradores que necesitaban y no podían encontrar en otras partes.
Su padre, Isaac Garza Garza, que era un tenedor de libros en San Luis Potosí, fue rescatado por José Calderón Penilla, dueño hace dos siglos de la mitad de Monterrey y que incorporó al joven contador Isaac a la ola de progreso en México que el Porfiriato representa. Esa amistad, matrimonios feudales entre primos, (por eso nos decimos así en el Norte, Ajúa) la política norteamericana y dos guerras mundiales hicieron a la Cervecería Cuauhtémoc y Famosa, porque incorporó a su apelativo la Fabricación de Máquinas –FAMOSA- donde mi hermano, el excelente pintor Guillermo Ceniceros comenzó a trazar sus geométricas creaciones.
Pero los Calderón y los Garza, que tenían una tiendota –haga de cuenta el COSTCO- en Padre Mier y Galeana, en Monterrey, querían más.La lógica era simple: Joseph M. Schneider quien producía la popular cerveza en Estados Unidos había llegado con su producto, carísimo, a Monterrey. El señor Calderón se fue a Misuri y se trajo al alemán a que le hiciera la Carta Blanca.
Ahora, la cerveza necesitaba envase de vidrio: nació la Vidriera Monterrey. ¿Y con qué tapamos las botellas? Surgió Hojalata y Lámina que hacía parte de las corcholatas pero que por la Guerra se convirtió en importante proveedor de acero de Estados Unidos. Y así, empaques de cartón Titan y lo que hiciera falta.
Todo eso y más es cierto.
A mi juicio, a Don Eugenio –de cuya muerte escribiré luego- le sucedió lo que al doctor Frankestein: le sobrepasó su creatura. El poder económico de las 90 empresas que manejaba su holder VISA (Valores Industriales Sociedad Anónima) fue tan enorme que provocó varias iras presidenciales. Al señor Garza Sada, que vivía abajo del Cerro del Obispado, nunca se le conocieron aspiraciones políticas: siempre socialmente benefactoras
Pero, de alguna manera, lo mismo le pasó con el Tecnológico de Monterrey. Y eso es otro asunto
De ser un centro de capacitación para futuros cuadros de muchas empresas evolucionó, sin duda alguna por una buena administración, para convertirse en la primera escuela superior del país. En mi muy lejana niñez, por mi barrio los médicos colgaban afuera de sus consultorios un anuncio con su nombre y cédula, en el que se añadía con leras mayores “UANL”. Hoy en día, si alguien es egresado del ITESM y lo pubica, es una garantía de calidad de enseñanza.
Se lo debemos a Don Eugenio. Ayer, en el aniversario ochenta debió estar muy feliz. Yo lo estuve, y mucho, con mi adorada Bertha al lado y nuestra Renata en algún lugar del escenario en un espectáculo digno del TEC, en el magnífico estadio de los Rayados, que también le deben a Don Eugenio su primera casa.
PARA LA MAÑANERA (porque no me dejan entrar sin tapabocas): Por algún motivo, con el inicio del ciclo escolar amainó la ola de protestas en contra de las imperfecciones de los libros de texto del presidente López. Analizando los libros, son errores menores; la fecha aquí, el planeta allá, el dos por dos son cinco o algo así. Lo que a mí me encabrona es la versión que se da de la muerte de Don Eugenio Garza Sada a manos de guerrilleros de la Liga Comunista 23 de Septiembre. Se presume que en el comando estaba el hijo de la defensora de todas las defensas, la señora Dolores Ibarra viuda de Piedra. En la manera de que se presenta en lo que-supuestamente- deben leer mis nietos, se dice que los matones eran unos inconformes con el mal gobierno. Vale.
felixcortescama@gmail.com
Miércoles, 6 de Septiembre de 2023
Muy interesante la historia del tec y más seria leer todo la historia del edo de nuevo león, monterrey y alrrededores
Es un trabajo apasionante y pendiente, que vale la pena intentar.