La Silla

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FÉLIX CORTÉS CAMARILLO

Ayer por la mañana, antes de que el presidente López se aventara su mañanera del Zócalo, dos horas cinco minutos que no transmitieron ni Televisión Azteca ni los canales de Televisa, en alguno de los canales propiedad temporal de Jenaro Villamil o concesionados a lambiscones, me encontré con una imagen panorámica de la cantidad de acarreados que ya estaban ahí, tomada desde el viejo palacio del Ayuntamiento, donde tuvo su oficina hasta hace poco Doña Claudia. Abajo, primero los pobres; al fondo, la Catedral. Me di cuenta entonces de que venía una cátedra.

La palabra catedral viene del griego, haciendo escala en el latín, y no quiere decir nada más que sede; esto es silla, o sitio donde aposenta sus nalgas el obispo de la región. Si se quiere, trono. De todos modos, autoridad, poder.

Pues el hombre del trono, del poder, de la silla, remitió ayer a este simple escribidor a los tiempos pasados del priismo opresor, represor, falaz y mentiroso, que aprovechaba los informes “de labores” para convencer a todos los mexicanos que vivian en el mejor de los mundos imposibles. Que como México no hay dos, pero con cifras. Que si cientos de millones de pesos por aquí, miles de millones de dólares por allá. Cifras que nunca entendimos, ni entendemos.

Dos billones de pesos ahorrados con la eliminación de la corrupción (sí-cómo-no), trece mil quinientos empleos directos en el AIFA, salvamento del lago de Texcoco donde los bandidos comenzaron un aeropuerto que seguiremos pagando, 65 mil millones de dólares en remesas de nuestro principal producto de exportación, braceros, no se padecieron en estos seis años crímenes de políticos. El tren Maya -que seguramente estará funcionando cuando llegue doña Claudia, merece estar entre las maravillas del mundo actual.Y muchas otras mentiras a las que nos acostumbraron.

“Me voy a jubilar con la conciencia tranquila, y muy contento”. Eso dijo.

Pero la cereza de este pastel era inevitable al hablar del IMSS-Bienestar: el sistema de salud que nos inventó, NO es igual que el de Dinamarca. Es mejor.

PARA LA MAÑANERA ( porque no me dejan entrar sin tapabocas): Yo nunca consideré justa ni legal la supresión de la pensión vitalicia a los ex presidentes de México, y lamento coincidir con Vicente Fox de Sahagún. Entiendo que durante la mayor parte de su vida trabajaron en el gobierno y cobraron ahí un salario. Como muchos miles de mexicanos en esa circunstancia fueron derechohabientes del ISSSTE, aunque el fiscal Gerz Manero se atienda en Boston. Hasta donde llega mi entendimiento, todo mexicano que haya sido afiliado al ISSSTE tiene derecho a retirarse  a cierta edad y recibir mensualmente un estipendio que el Estado debe pagarle hasta su muerte. Esto es ley, y no puede someterse a citerios de ética o de moralina de quien está en el poder. Lopitos les quitó a sus antecesores en vida ese privilegio, aunque no lo necesiten; esa es otra cosa. Ahora, me da mucho gusto que el presidente López repita cada vez que puede su compromiso de retirarse dentro de un mes a una finca que tiene a eso destinada que se llama La Chingada. Si no tiene derecho a una pensión del ISSSTE, me pregunto ¿de qué va a vivir? Tengo que suponer que de lo que ha vivido siempre, sin trabajar. Te hablan, Mencho.

felixcortescama@gmail.com

Sunday, September 1, 2024

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1 comentario en “La Silla”

  1. Gracias por traer este tema a la reflexión. De qué va a vivir el actual presidente? Cómo va a sostener a su hijito en Londres? De qué vivió todos esos años que no trabajo? Está muy claro.

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