FÉLIX CORTÉS CAMARILLO
Mi abuela solía decir que para que las calabazas se acomoden es necesario que la carreta que las lleva ande. Son las sacudidas que los bordos y los hoyancos del camino causan, las que ponen las cosas en el lugar en que deben quedar. Lo mismo pasa con todas las personas y acontecimientos que llevamos encima en ese camino que llamamos vida: sin movimiento no hay orden.
Por decisión del factótum (hazmelotodo) principal de México, el proceso de su sucesión se adelantó a los cánones de la política nacional y se aproxima ya a su penúltima etapa con un protagonismo del presidente López en cada una de sus etapas, y en cada ámbito de sus actores secundarios: ellos están conscientes de que de acuerdo con la ley no escrita y casi inviolada del poder en México, la voluntad del que se va tiene mano para designar al que se queda en su lugar.
Incesantemente, Lopitos ha utilizado su podio privilegiado de las mañanas palaciegas para diversas maniobras: no solamente la tradicional de echar a retozar a una recua de “posibles” candidatos del partido en el poder, entre los que esconde a quien goza de sus simpatías y pueda darle valor al supuesto peso específico de ser del pastor la más cercana de las corcholatas, garante al fin de la continuidad en el mando que la ley le impide. Más allá de eso, el presidente López se ha dedicado a servir de acicate (espuela sin roseta) a los partidos que no son el suyo. Al grado de “señalar” a la probable candidata de la alianza PRI-PAN-PRD, Xóchitl Gálvez, y al extremo de designar a una tercera alternativa, Samuel García, para así romper el voto anti-AMLO tan predecible y darle al Movimiento Ciudadano el papel de fiel de la balanza.
En favor de López, claro.
Si Dante Delgado Ranauro, en complicidad con Lopitos, postula a Samuel García como candidato presidencial del MC, lo estarán sacrificando para robarle votos a Xóchitl o a quien sea el candidato de la frágil alianza, en favor de quien represente en esta comedia a Morena. A cambio de su sacrificio, el gobernador de Nuevo León recibiría dos monedas de cuño valioso: por un lado, el apoyo con recursos federales a lo que él pida para rescatar en lo que queda de su ejercicio la imagen local de las promesas incumplidas a los nuevoleoneses –agua, transporte, seguridad, frontera- y por el otro, la protección futura de quien gobierne a partir de septiembre 1˚ del 2024 en nombre de una nueva Morena. En un descuido, la inclusión de Samuel García en el nuevo gabinete, para recalentar los sueños presidenciales en el 2030.
Sea como sea, este camino tan lleno de espinas, y sobre todo de baches, está aportando las suficientes sacudidas para que las calabazas en la carreta se acomoden. Y tal vez, como decía también la abuela, no sean todas las calabazas las que están, ni estén todas las calabazas las que son.
Hay que esperar.
Lo que nos sobra es tiempo.
PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): Desconozco las cifras oficiales del llamado rating, que suelen ser más infladas que un billete de mil pesos, o que las encuestas de las preferencias electorales, no tengo la menor duda de que el programa La Casa de los Famosos de Televisa este domingo, fue mucho más que un valioso incremento en el número de audiencias. Acudimos en el mundo de la televisión y del entretenimiento popular a un fenómeno inaudito de trascendencia social. Sin haber visto una sola de sus emisiones, me atrevo a decir que esta serie de televisión llamada real pero totalmente fabricada, como es el entretenimiento, sienta un precedente para un mundo futuro en el que la tolerancia, inclusión, diversidad y capacidad de aceptar la otredad y convivir con ella, es posible.
No en este sexenio.
felixcortescama@gmail.com
Excelente analisis en tu columna Felix, siempre.
Espero que esta mala comedia no se torne en un sangriento drama
La esperanza, contra lo que se suele decir, es la primera en morir.
Todavía la carreta tiene camino por andar