FÉLIX CORTÉS CAMARILLO
“No,no!, said the Queen.
Sentence first, veredict afterwrds”
Lewis Carroll, Alice in Wonderland
En ningún momento tuve duda de que todos, todos, de un lado y otro de la frontera México-Estados Unidos estábamos convencidos de que el Ing. Genaro García Luna es culpable de los cinco cargos que se le imputaron en la corte de Brooklyn; tres por narcotráfico, uno por asociación delictuosa y otro de perjurio por haber mentido al solicitar la ciudadanía de los Estados Unidos. Debo suponer que la única que creyó en su inocencia fue su esposa, única testigo de descargo en el juicio.
A pesar de la torpeza y desaseo de la fiscalía gringa que al formular sus cargos acudió casi en exclusiva al testimonio de los llamados “testigos protegidos”, que no son otra cosa que los chivatos delatores de sus cómplices, preferentemente en línea ascendente, doce hombres y mujeres emitieron ayer un veredicto unánime: el acusado es cinco veces culpable.
El 27 de junio de este año el juez Brian Cogan tendrá que dictar sentencia. Según la fiscalía el sólo delito de delincuencia organizada merece entre 20 años y cadena perpetua. Los otros, mínima de diez años. Pueden ser acumulativas o no. Hay otras consideraciones, que el,juez tiene que contemplar. Los abogados de la defensa esperarán al 28 de junio para apelar la sentencia y negociar la pena. Pero todo eso es peccata minuta. Nosotros, como La reina de Corazones, ya habíamos ordenado sobre García Luna “¡que le corten la cabeza!”. Sentencia antes que veredicto.
Lo realmente importante aquí es quién estuvo sentado en el banquillo de los acusados y quien es considerado un delincuente.
Para el presidente López, lo único correcto hubiera sido que se acusara al jefe directo de García Luna, el ex presidente Felipe Calderón: así lo ha estado pregonando por meses y en las últimas semanas, diariamente.
Para los medios norteamericanos, que poca atención dedicaron a este pequeño escándalo doméstico de México, la conclusión de este juicio es que México es un narco estado corrupto, y que las prácticas delictivas que llevaron al jurado a condenar al ingeniero siguen siendo válidas. Los norteamericanos saben bien –y tienen razón- que estando fuera de la esfera del máximo poder García Luna, y aun estando preso y sujeto a procesoy condenado, el tráfico de fentanilo, cocaína, mariguana y otras hierbas no ha disminuido. El veredicto y la sentencia en contra de García Luna no va a cambiar nada. Y aquí sí, todos los mexicanos somos culpables en la tolerancia de los abusos y sobre todo de la corrupción de la que también somos partícipes.
Desde luego, tenemos razón los que insistimos en que la droga sigue llegando a los Estados Unidos y es distribuida ahí hasta llegar al último consumidor. Hay una red de distribución de drogas en los Estados Unidos, con la corrupción y la complicidad de mandos presumiblemente medios y altos en el cuerpo policiaco. Con la sentencia en contra de quien fue el poderoso policía de nuestro país nos encontramos en la casilla número uno del juego de la Oca.
Hemos asistido a una función mediática colosal, a la que ha contribuido con sus rabietas y amenazas de juicio “por daño moral” el presidente Lopitos.
PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): El mal chiste de la semana es el que hizo el gobernador de Nuevo León Samuel García, cuando le dijeron que el presidente López, su alter ego, se atrevió a decir que en Nuevo León no hay agua suficiente para todas las mega fábricas que quieran venir. Dijo Samuelito que aquí hay agua hasta para aventar pa´rriba. No le oyeron en Mas Palomas.
felixcortescama@gmail.com