FÉLIX CORTÉS CAMARILLO
Hay una conseja popular que supuestamente corresponde a las virtudes y tradiciones culinarias de los chinos: todo lo que camina, se arrastra o vuela, pa´la cazuela. La diversidad étnica de ese gran país y los cíclicos períodos de hambre y escasez que sufrieron los chinos, les dejaron la herencia de una primitiva sabiduría para aprovechar todos los recursos que el medio ambiente les ofrecía para su alimentación y sustento. Algo similar hace de la cocina mexicana una de las mejores del mundo.
Una modalidad de esa diversidad de apetitos me la enseñó mi abuela: sus tamales, precisamente de esta temporada, no eran solamente de chile, de dulce y de manteca, como marca el canon; los había de cabeza, con nueces o pasas, rajas de jalapeño, fresa, frijoles, mole de guajolote o pollo, hasta donde llega mi memoria. Sin faltar los llamados tamales borrachos de extraordinario grosor y variedad de rellenos.
Yo desconozco las virtudes o aficiones culinarias del presidente López, pero dudo de ellas. Alguna mujer sabia me dijo un día que no hay hombre bueno que cocine mal, con lo que me elogió doblemente. Juraría que López Obrador nunca ha estado en la cocina y que se le quemaría el Nescafé.
Pero de lo que no queda duda es de que el presidente López debe tener un equipo que le esté abasteciendo de nombres para enriquecer su repertorio de villanos favoritos. Debiera este grupo de especialistas aplicar el mismo empeño que dedica a la siembra en las «benditas redes sociales» de mensajes laudatorios al mejor presidente que, según los que firman con los más inverosímiles nombres, ha tenido México.
Pero hay que reconocer la pobre imaginación de esos abastecedores de nombres para el vilipendio público en voz del presidente López. Ya cansó eso de Claudio X. González, Krause y Aguilar Camin a cada rato en el papel de Catalina Creel. Se agradece que ayer haya incluido en la lista a sus buenos amigos de Televisa y Televisión Azteca, pero el payaso tene brozo no le merece ni una mención, caramba.
Si somos, como él dijo, veinte o treinta millones que no pensamos igual que el presidente, que le dé una buena fuerte sacudida al nogal, no nada más una testereada, como afirma que le dio a la UNAM y a todas las universidades pública del país, testereada en la que salió magullado el embajador de su gobierno ante la ONU, el Dr. Ramón de la Fuente. Seguramente que le caerá abundante cosecha de nueces.
Le serviría para enriquecer ese puchero que cocina diariamente con la misma receta. Hasta a los presos les cambian de vez en cuando el menú.
PARA LA MAÑANERA (porque no me dejan entrar sin tapabocas): ¿Escuché bien ayer en la mañana o usted afirmó en su catecismo mañanero que don Claudio X. González no estaba solo en su perverso pensamiento que cuestiona todo lo que usted hace? Si recuerdo bien, usted mencionó que había muchos mexicanos que pensaban igual que él; miles, tal vez millones, diez veinte o hasta treinta millones dijo usted. Yo coincido con ese cálculo, pero me asombra tanta sinceridad de su parte.
felixcortescama@gmail.com
En verdad que si impresiona su lucidez para darse cuenta que muchas personas no pensamos como el! Muchas personas pensamos por nuestra propia cuenta y no necesitamos su permiso