Demos y Cratos

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FÉLIX CORTÉS CAMARILLO

            Con la capacidad de elusión a la que acude cada vez que en su clase de catecismo matutino aparece un tema incómodo, el presidente López contestó a una reportera de su periódico favorito, La Jornada, sobre la integración de una alianza variopinta de partidos políticos – PRI-PAN-PRD- para quitarle a Morena el predominio en el Congreso el seis de junio que ahí viene.

            Primero dijo que el tema de la mañanera era el de la salud y que no era el caso, pero luego se mandó una perorata sacándole al bulto. Yo lo que esperaba en realidad era la salida de rigor: están muy en su derecho, cada quien puede expresar su punto de vista, nosotros ya no somos como antes.

            De la misma manera yo le doy la bienvenida a la alianza opositora de PAN, PRI y PRD anunciada apenas pero presumida desde antes. De hecho, en más de los dos tercios de los distritos federales este germen de alianza legislativa peleará los votos el 6 de junio. Solamente en los 12 distritos electorales de Nuevo León el PAN se hizo el rejego y va solo. Así le irá al partido que merece el adjetivo de fifí.

            Personalmente, a mí me da gusto que se haya llegado a este ensayo de unificación de las míseras oposiciones al presidente López y su aplanadora priista. No tengo la menor  simpatía por los partidos que la integran ni por todos sus dirigentes. Pero yo soy un convencido de la democracia.

            Democracia es desde su existencia una de las palabras más prostituidas, a partir del manoseo primero, el beso lascivo después y la penetración finalmente, que existen. En la Grecia admirada, de donde nos viene la democracia, era, como su etimología lo dice desde su existencia, el gobierno del pueblo.

            Nada más que en el ágora, que era el mercado griego, se reunían, hablaban y votaban  solamente los ciudadanos, dueños de tierras, derechos y esclavos; para nada los Metecos, extranjeros que vivían ahí, y mucho menos los esclavos; de pilón permitían voz a los seniles -senadores- que por su patrimonio, edad y experiencia estaban obligados a ser más sabios. También en Roma más tarde estaban los patricios, que eran los dueños de todos los esclavos que eran los que votaban por los otros.

             Una especie de proyecto para lo que luego íbamos a llamar una democracia representativa, que es otro de los fraudes a que nos sometemos los masoquistas de este mundo en el engaño de la democracia.

            Supuestamente, todos los ciudadanos que no podemos estar en la toma de decisiones, delegamos esa autoridad esencial en nuestros representantes. Los senadores de Atenas, los patricios de Roma. Los presidentes, gobernadores, diputados y senadores de hoy. Un integrante de este grupo de representantes nuevos, me dio una vez una clase de griego y filosofía al mismo tiempo.

            Me dio la definición suya de democracia: demos = pueblo; cratos =  por mis huevos.

            Tengo la impresión de que los mexicanos ya no necesitamos de clases de griego.

CANTALETA (HASTA EL 6 DE JUNIO): Dice Catón, y yo coincido con Armando Fuentes Aguirre: «un voto por Morena es un voto contra México». ¿Alguien tiene una idea de lo que significa la «economía moral»? Yo de eso sólo recordaba la lección que me dieron en el mercado de La Merced: «¿cuántos son dos y dos? -cuatro. Para nada: si compras, dos y dos son tres; si vendes, dos y dos son cinco.»

‎felixcortescama@gmail.com

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