Diecisésis Toneladas ¿de qué sirvió?

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FÉLIX CORTÉS CAMARILLO

             A dos semanas de la inundación de un pozo para sacar carbón a mano limpia en Sabinas, Coahuila, al gobierno federal se le ocurrió la brillante idea de solicitar peritajes de expertos extranjeros sobre las técnicas de rescate de los hoy inevitablemente cadáveres de diez mineros pobres. De los que recibían ciento cincuenta pesos por tonelada de carbón subida a superficie. De esos que -los que no quedaron abajo- fueron despedidos inmediatamente con mil pesos de indemnización.

            Acudir a experiencias extranjeras no solamente fue tardía: fue una muestra de cinismo infame. El gobierno mexicano solamente refirió que los técnicos especialistas de Alemania y los Estados Unidos habían revisado las técnicas mexicanas de rescate y les habían dicho que estaban bien. Y así siguen.

            Abajo quedan, y ahí seguirán por años como los de los mineros de Pasta de Conchos que llevan 17 años en su mina derrumbada.

            En la superficie permanece el atraso y la injusticia, el cinismo y la indiferencia. La opacidad sobre el verdadero dueño de la mina, la impunidad para sus operadores, las condiciones medievales en las que trabajan los mineros mexicanos que “defiende” el consentido senador Napoleón Gómez Urrutia.

            Allá abajo la muerte.

            Aquí arriba, el insolente desprecio. Primero los pobres sí: a la muerte.

PÍLDORA DE MEMORIA PARA LA MAÑANERA (porque no me dejan entrar sin tapabocas): El gran escándalo en torno a Donald Trump y su intento de golpe de estado el seis de enero de 2021 llamando a la toma del Capitolio en Washington para impedir la toma de posesión de Joe Biden como presidente, salpica a la Cuarta Simulación y al gobierno actual de nuestro país. Uno de los principales cómplices en toda la estrategia de Trump se llama Rudolph Giulliani, durante muchos años su abogado personal. El señor Giulliani fue alcalde de la ciudad de Nueva York en los tiempos en que la delincuencia estaba desatada en la gran manzana, de 1994 a 2001. Hace 21 años. Giulliani se hizo famoso por haber disminuido la violencia neoyorquina gracias a una política de cero tolerancia ante el crimen. Lo más opuesto que se pueda imaginar a nuestro “abrazos, no balazos”. Eso de nuestro es un sarcasmo, ¿eh?

A su salida de la alcaldía, Rudolph Giulliani formó una empresa consultora en materia de seguridad que se llamó inicialmente Giulliani Partners. Cambió muy pronto a Giulliani Security and Safety. El primer contrato importante que suscribió la firma fue por seis millones de dólares para asesorar al gobierno de la Ciudad de México de entonces para acabar con la delincuencia. Seis millones de dólares, que se dice fueron pagados por la iniciativa privada, sin costo para el erario. Se dijo que la suma principal fue aportada por Moisés Sabe. Los que conocen su frugalidad dicen que eso es imposible y todo parece indicar hacia el rico favorito para todas las culpas, Carlos Slim.

Haiga sido como haiga sido, la verdad es que la Ciudad de México siguió, como hasta hoy en manos del crimen, y que la asesoría del señor Giulliani y compañía sirvió para nada.

¿Qué quién contrato por seis millones de dólares a Giulliani Security and Safety entre agosto y noviembre del 2002? El gobernador de la Ciudad de México Andrés Manuel López Obrador y su entonces secretario de Seguridad, Marcelo Ebrard Casaubón. Claro, ya se les olvidó.

‎felixcortescama@gmail.com

jueves, 18 de agosto de 2022

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