FÉLIX CORTÉS CAMARILLO
Tengo la impresión de que somos muchos de mi edad y cercanías, que piensan que Javier García Paniagua pudo haber sido un muy buen presidente de la República en la sucesión de Salinas de Gortari. Desde luego, el hubiera no existe.
Una cifra similar de opinantes de café pensamos que el arribo del nieto del general Hermengildo García Barragán (1968, secretario de la Defensa Nacional) e hijo de don Javier, mejor conocido como Omar García Harfuch, y el soltero más codiciado del país, puede ser un alivio a la crisis de seguridad que vive México.
Fue evidente que el candidato favorito de doña Claudia para ocupar el importantisimo gobierno de la capital mexicana era García Harfuch. También lo fue que Lopitos el Tlatoani bloqueó el trámite y metió a una incondicional Clara Brugada. Pero todo eso es pasado. Lo importante es, hoy por hoy, cual es la estrategia de la señora presidente frente al mayor problema que tenemos sus paisanos, la vida o la muerte; la seguridad.
En el tramposo esquema de que no somos iguales pero sí somos lo mismo, la señora Sheinbaum sacó una copia al carbón de la estrategia de López Obrador frente al crimen que nos agobia; combatir las causas del crimen, fortalecer la Guardia Nacional, fortalecer la inteligencia y dar sustento a la coordinación con las otras instancias. Más de lo mismo. Eso es lo que García Harfuch anunció ayer.
Sí, pero no.
El problema de la seguridad nacional, no nos hagamos pendejos, tiene sólo dos opciones: el retroceso o el avance. La guerra o la paz, diría Tolstoi.
Lopitos fundamentó su estrategia de complicidad con los narcos en el rechazo a la guerra del narco de Calderón, en su slogan de “abrazos no balazos”, y en la apremisa de que abriendo opciones a los jóvenes para su desarrollo en la sociedad se les truncaban los vínculos con el crimen. Es lo que García Harfuch pone en su agenda. Sabemos que no es cierto.
Las otras opciones son válidas y plausibles.En otras palabras, es la guerra o la paz. El sometimiento a quienes gobiernan hoy las dos terceras partes de nuestro territorio o el intento de lograr su exterminio. Tenemos muchos años de atraso. Pero yo no veo otra opción.
PARA LA MAÑANERA (Mientras me definen si son peras o los mismos olmos de antes): No tengo la menor duda de que el gestión del presidente López en la presidencia de México tiene muchos motivos de vergüenza. En lo económico, desde luego; en lo sanitario -que se pudra el favorito del sexenio López-Gatell en el infierno- y desde luego en lo de la seguridad. Casi llega a la marca récord de los doscientos mil homicidios dolosos (más los que se ocultan en el término “desaparecidos”) y tenemos que leer periodicos norteamericanos para saber que más de la mitad del territorio de nuestro país está bajo el dominio de los narcos, que les llaman ahora crímen organizado.Como dicen en las contestadoras telefónicas: su llamada es muy importante para nosotros; no cuelgue.
Tuesday, October 8, 2024
15:47
Pan con lo mismo!