FÉLIX CORTÉS CAMARILLO
Muy probablemente hoy vamos a estar leyendo balances de las elecciones mexicanas, tan definitivas que ni las tomamos en cuenta.
En realidad creo que el tema de esta semana debe ser la aceptación de la decisión del G7 -Estados Unidos, Canadá, Italia, Francia, Alemania, Gran Bretaña y Japón- de la propuesta de Estados Unidos de cobrarles impuestos a las ganancias que tienen las trasnacionales por doquier.
El G7 aprobó que las empresas que ganan dinero en cualquier país le paguen al resto del mundo 15 % de sus ganancias. Joe Biden había propuesto el 25%. Lana es lana.
¿Querían globalización?
Amazon, del señor Bezos y su ex, Uber, que no sé de quién sea, el invento chino que me encanta por su nombre de Alí Baba, recogen con rastrillo los dineros que todos gastamos comprando chucherías. Sin pagar ellos impuestos al país que les genera riqueza. Eso incluye México.
Pues la decisión del G7, que tiene que ser aprobada por el grupo de los 20 ricachones, significa, entre otras cosas, que lo que vale aquí vale acullá. Durante muchos años estuvimos buscando una legislación universal.
En ese sentido hay códigos comerciales, penales, y de todo tipo que los países de la lana se pasan por los cojones. La propuesta de Biden obligará a todas las corporaciones multinacionales a apolingarse y contribuir con sus dineros bien habidos a los países en vía de desarrollo y específicamente a los que no tienen posibilidad de comprar la vacuna del Covid a un mínimo de diez dólares por piocha. Nada más falta que el gobierno mexicano se oponga.
Pero vamos a lo nuestro.
Si existe en nuestro léxico una palabra que defina con exactitud los procesos electorales en todas partes del mundo, incluyéndonos, esa palabra es imperfección. Después de todo, es producto de humanos.
Hasta cuando esto escribo, el proceso electoral fue esperadamente ineficiente -a mediodía se había instalado el 60 % de las casillas- y perfectamente mal organizado. En mi casilla era un desmadre, pero luego tuve que buscar la casilla en donde votara mi hija -que vive con nosotros pero electoralmente está en otro planeta- donde el proceso fue más simple.
Creo, sin embargo, y con ello me voy a dormir , que la participación de los votantes ayer superó al 60%. Y que la mayor parte de los electores, votó por el cambio. No por el tipo de cambio sino por el cambio de tipo.
Es de reconocerse, no obstante, el reconocimiento del presidente López de que no se votó por un partido sino por un proyecto de nación, en favor o en contra, Ahora sólo falta que él tome en cuenta a los que votamos en contra de su proyecto aunque se quede el infinito sin estrellas.
Porque, como escribió en Piel Canela el puertorriqueño nacido en Nueva York, Félix Roberto Manuel Rodríguez Capó (a quien usted conoce como Bobby Capó), me importas tú, y nadie más que tú.
Por cierto, el primero de enero de 2021, este año, se cumplió un siglo del nacimiento de Bobby Capó
CANTALETA (hasta el miércoles): Dice Catón y yo estoy con mi amigo Armando Fuentes Aguirre: «un voto por Morena fue un voto contra México». ¿Les adelanto un pronóstico del tiempo electoral para este lunes siete ? Por lo menos en Sonora, Nuevo León y Chihuahua, Morena intentará impugnar los resultados electorales y judicializarlos. Perderá, espero, porque no ganó en las urnas. Por cierto, la palabra más usada en las transmisiones de televisión y radio de las elecciones del domingo fue «históricas».
Esto lo escribí el domingo.12:58